Díez dijo que el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, sbe perfectamente lo que está ocurriendo, pero admitirlo supondría reconocer que se ha equivocado y que lleva meses haciendo justo lo contrario de lo que debe hacer un dirigente político responsable.

"Como reconocer todo eso significaría irse a casa, tiene que hacer lo que ha hecho tradicionalmente Arzalluz: echarle la culpa a los demás", subrayó en RNE la portavoz socialista, quien afirmó que las declaraciones de ayer son "un insulto de categoría mayúscula a la gente que estaba en la calle" y a los cidadanos que fueron a la capilla ardiente de los asesinados.

Insistió en que la acusación de los nacionalistas es una ofensa "a los que les dimos la mano" a quienes estaban presentes en el funeral y a "los que lloraban, los que estaban allí llorando en la calle, reclamando libertad, reclamando el derecho a la vida". "Es un insulto mayúsculo y es un insulto, naturalmente, a la familia socialista", recalcó.

"Cuando sale el EBB y nos convierte a todos en miembros del CESID", continuó, "si no fuera inultante, si no fuera una reacción de una bajeza moral, ética y política increíble, sería una cosa esperpéntica. Sería, en fin, como para tratamiento médico".

En su opinión, la dirección del PNV lleva mucho tiempo interpretando los sentimientos de lo que ellos llaman pueblo vasco y hablando en su nombre, pero cuando los ciudadanos dicen una cosa distinta de su ideología se convierten en agentes del CESID. "Nos hemos convertido en el país con más agentes del CESID del mundo mundial", comentó.

Tras nterpretar en clave electoral el comunicado nacionalista de ayer, a pesar de que el PNV anunció que no iba a hacer campaña, Díez indicó que se debe seguir trabajando en la misma dirección que hasta ahora y defendiendo los mismos valores con idéntica firmeza e incluso con más. "Lo que no hay que hacer es ni bajar la guardia, ni callar la voz, ni cambiar de actitud", concluyó.