La visita en sí y el buen clima con el que fue acogido Arzalluz por Calderón, causó un fuerte malestar en el Ministerio del Interior. El departamento que dirige Jaime Myor Oreja reprochaba a Calderón esa iniciativa en un momento en que ya había un fuerte enfrentamiento PP-PNV por el Pacto de Estella.

En un artículo que publicó días después de la visita en el diario nacionalista `Deia', Arzalluz ironizaba diciendo que se había metido en la boca del lobo y el general Calderón le contestó remitiendole una copia de vídeo con su intervención ante los agentes del servicio secreto.

El director general del Cesid le adjuntaba una carta en la que, en un tono cordial, agrdece a Arzalluz su presencia en el CESID y añade: "he leído en el diario 'Deia' que el otro día se metió en la boca del lobo. No le creo a usted Caperucita Roja para que tenga miedo al lobo".

Arzalluz respondió posteriormente a Calderón con la misma metáfora, escribiéndole: "sepa usted, general, que hoy en día las Caperucitas Rojas son las que se comen al lobo".

Fue el 19 de julio cuando el propio Arzalluz informó a la Ejecutiva del PNV de su visita al CESID. Aseguró al máximo órgano peneuvista qe "un general del Centro" le habló de un plazo de año y medio para resolver el conflicto vasco, y él respondió que el camino emprendido "no debe ser un proceso que se mantenga abierto mucho tiempo".

Este diálogo se produjo en el almuerzo privado con los mandos del Cesid posterior a la conferencia de Arzalluz. El teniente general Calderón, que estaba acompañado durante la comida por el también general Aurelio Madrigal, secretario general del servicio de inteligencia, calificó la presencia de Arzalluz e el CESID como "un acto de civilidad".