Con la designación de López Guerra, que ayer empató en votos con Miguel Rodríguez-Piñero en la elección del presidente, la dirección del máximo tribunal queda en manos de los dos únicos magistrados de este organismo que han sido propuestos por el Gobierno.

El nuevo vicepresidente mostró ayer su decepción porque el empate en la elección se resolviera a favor de Rodríguez Piñero, de 57 años, por razón de edad ya que ambos fueron nombrados magistrados del alto tribunal en 1986.

No obstante, López Guerra llegó al Tribunal Constitucional en 1982 para ejercer como letrado y, desde entonces ha estado vinculado al sector constitucionalista del PSOE integrado por el actual subsecretario de Interior, Santiago Varela, y el director del gabinete del ministro de Justicia, Joaquín García Morillo que, como él, fueron letrados del alto tribunal.

Como catedrático se formó bajo las enseñanzas de su antecesor, Rubio lorente, con el que trabajó en la Universidad de Extremadura, así como con otro prestigioso catedrático de Derecho Constitucional, Jorge de Esteban.