PLENO EMPLEO. UN ESTUDIO AFIRMA QUE SERIA NECESARIO CRECER UN 4,5% DIEZ AÑOS SEGUIDOS PARA ACABAR CON EL PARO EN ESPAÑA

MADRID
SERVIMEDIA

España necesitaría crecer al 4,50% duante diez años, algo que parece inviable, para conseguir acabar con el problema del paro sin necesidad de aplicar medidas de reducción de jornada.

Esta es una de las conclusiones de un estudio del profesor Jorge Uxó González, de la Universidad San Pablo-CEU, publicado en la revista "Hacienda Pública Española", que edita el Instituto de Estudios Fiscales.

El autor del estudio realiza sus estimaciones para el decenio 1998-2007 recalcando que la reducción del paro depende de la evolución de dos factres, la productividad y la tasa de actividad, sobre las que deben formularse hipótesis realistas.

El estudio parte de la hipótesis de que la productividad media del trabajo crecerá un 2% en el periodo analizado (frente al 2,5% de los últimos veinticinco años) y maneja tres posibilidades para la evolución de la tasa de actividad: que se quede en el 49,6% de 1997, un escenario medio en el que se situaría en el 52% y que ascienda hasta el 55%.

El llamativo resultado de las proyecciones realizadas a artir de estos supuestos, que contrasta con el anuncio de José María Aznar de que es posible lograr el pleno empleo en el 2003, es que "si en los próximos diez años la tasa de crecimiento anual del PIB en España se sitúa en torno al 3% -un resultado no despreciable para un periodo tan largo, y que coincide básicamente con las previsiones del último Plan de Convergencia aprobado por el Gobierno- sólo se creará el empleo suficiente para mantener constante la tasa de paro".

"O, como mucho, dependiendo de comportamiento de la productividad y de la tasa de actividad, reducirlo hasta una tasas que se situaría en torno al 16%, muy lejos de cualquier objetivo razonable. Sólo alcanzando de forma sostenida tasas de crecimiento próximas al 4,5% anual, y ello durante diez años ininterrumpidamente, podrá España resolver el problema del paro en este plazo si se aplican exclusivamente medidas de expansión del crecimiento", señala.

El estudio advierte que "cuando aceptamos la probabilidad de que la tasa de activiad continúe en los próximos años la tendencia creciente que actualmente presenta, la creación de empleo necesaria para corregir drásticamente el problema del paro en España se incrementa muy notablemente".

"En concreto", en el escenario medio que habíamos contemplado (tasa de actividad del 52%), el incremento neto del empleo en 1.148.200 personas permitiría únicamente evitar un aumento de la tasa de desempleo, mientras que la reducción del porcentaje de paro hasta el 10% exige crear 3.085.500 empleos etos durante los próximos diez años, y 3.966.000 si se quiere llegar hasta el 5% de paro".

Contemplando el escenario máximo, que la tasa de actividad se sitúe en el 55%, haría falta crear 1.951.000 empleos para mantener la tasa de paro en el 21%; 4.000.000 para rebajarlo al 10% y 4.931.300 para situarlo en el 5%.

El autor de esta investigación recalca que sus resultados deberían servir de antídoto "frente a visiones excesivamente voluntaristas del problema, que parecen fiar toda la política de emleo en los efectos milagrosos de una nueva reforma del mercado de trabajo -otras más, podríamos decir- o en una aceleración nunca justificada del crecimiento económico".

EVITAR PERDIDA DE COMPETITIVIDAD

El estudio propone como alternativa "reducir la jornada al mismo ritmo al que crece la productividad por hora, manteniendo constante el salario real durante los años en los que se aplique esta reducción de jornada".

"Si no se hiciese así, y la reducción de jornada se llevase a cabo sin adaptar e crecimiento salarial a la nueva situaión, las mejoras en términos de empleo que se lograrían inicialmente se perderían probablemente cuando empezasen a aparecer tensiones inflacionarias en la economía, bien por la pérdida de competitividad internacional, bien por la necesidad de poner en práctica políticas de demanda más restrictivas".

El autor reconoce que "la puesta en práctica de la política de reducción de jornada no está exenta de dificultades, algunas de ella de gran importancia desde el punto e vista organizativo y empresarial", pero sostiene que "un diseño inteligente y suficientemente flexible de la propuesta permitiría resolver la mayoría de estos problemas, como muestra el propio hecho de que ya se hayan llevado a cabo algunas experiencias en este sentido".

(SERVIMEDIA)
12 Oct 1999
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