En una entrevista con Servimedia, Laucirica lamentó que ”siempre estamos hablando de inclusión, pero resulta muy difícil construir una sociedad donde cada uno ocupe su lugar si desde un principio se separa a las personas” por motivo de discapacidad.

En el reciente congreso de Valencia, muchas personas con discapacidad intelectual y del desarrollo que forman parte de la confederación “levantaron su voz para exigir este derecho”, afirmó Laucirica. A su juicio, “si no hay educación inclusiva, si les enviamos a centros separados, difícilmente surgirán los lazos naturales entre las personas”.

“Si los niños no van a los mismos colegios, ¿Cómo se van a hacer amigos?”, preguntó. Lo mismo sucede con las personas con discapacidad que habitan en grandes residencias apartadas, prosiguió. “Sus vecinos del barrio difícilmente les van a conocer".

ALTERNATIVAS

Dos iniciativas con las que la confederación Plena inclusión busca poner remedio a esta situación son el proyecto 'Mi casa', de vida en comunidad, y el programa de empleo personalizado con apoyo.

El primero cuenta con 25 millones de euros en tres años para su ejecución, financiados por la Unión Europea. Se trata de una experiencia piloto que busca demostrar la posibilidad de que las personas con discapacidad intelectual vivan en comunidad, en pisos o casas tuteladas.

“Su puesta en marcha fue bastante compleja”, admitió Laucirica, porque “los proyectos que cuentan con fondos europeos necesitan superar muchos controles”. Se desarrollará a lo largo de tres años, “aunque debemos reportar resultados cada seis meses”.

En su opinión, permitirá “visibilizar los beneficios de la vida en comunidad para las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo”. “Ahora tenemos la oportunidad de demostrar que las personas con discapacidad son así más felices y que, además, se puede llevar a cabo” este cambio de modelo, aseguró.

Laucirica se refirió también al “empleo personalizado con apoyo”, una experiencia que ya funciona en Estados Unidos y otros países. Consiste en “encontrar un puesto de trabajo que se adapte a la persona, en lugar de que la persona se adapte al puesto de trabajo”, detalló.

Según Laucirica, “las personas con grandes necesidades de apoyo tienen muy difícil acoplarse a un empleo previamente definido”, por lo que este programa les resultará de gran utilidad. En su opinión, “es un proyecto muy bonito, pues se trata de todo un proceso de acompañamiento y escucha para saber hacia dónde quieren dirigir su vida las personas y ayudarles a encontrar run empleo donde puedan dar el máximo de sus capacidades”.

PARTICIPACIÓN

“Siempre debemos escuchar a las personas con discapacidad intelectual”, defendió, con independencia del medio o del lenguaje que empleen para comunicarse.

Por este motivo, nació hace un año la Plataforma de Representantes de Personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo de Plena inclusión, para que estas personas contasen con sus propias entidades de representación y participación.

Plena Inclusión está pues en “un momento muy importante”, declaró, en el que el movimiento inicial de familias “se va a redefinir para hablar de familias y de personas con discapacidad”.

“Hace muchos años que fomentamos grupos de participación y autoorganización de las personas con discapacidad dentro de nuestras asociaciones”, señaló Laucirica, pero la creación de la plataforma estatal “fue un hecho crucial”. “Estamos pues ante un futuro ilusionante”, recalcó.