"Aun estando bebido", explicó a Servimedia un miembro de la plataforma, "e difícil que hiciera todo lo que hizo: arrancar bruscamente, pisar el acelerador a fondo y empotrarse contra la boca de metro. Nosotros pensamos que tuvo que haber sufrido algún mareo".

Los representantes de la citada central hablaron ayer con la esposa del conductor, quien les dijo que estaba muy extrañada por el hecho de que hubiera dado una tasa de alcoholemia tan alta como se ha dicho en los medios de comunicación.

Explicó que el día que ocurrió el accidente su marido almorzó en casa y tomó lgo de vino durante la comida, pero no en una cantidad excesiva.

Por su parte, el director gerente de la EMT, Tomás Burgaleta, declaró días atrás que el conductor acababa de entrar en servicio cuando se produjo el accidente.

El miembro de la Plataforma Sindical aseguró que su sindicato no dispone todavía de la información oficial sobre el siniestro, motivo por el cual tampoco puede sacar demasiadas conclusiones.

Subrayó que conducir en una ciudad como Madrid es un trabajo bastante sacrificad y que entre sus compañeros suelen darse casos de infarto y muchos problemas de columna vertebral.

Sin embargo, destacó que, a pesar de todos los inconvenientes a los que tienen que enfrentarse los conductores, como los atascos y el estrés, la tasa de siniestralidad en la EMT es baja.