Así lo defendió durante su intervención en la inauguración de la VIII Jornada Género y Adicciones: Impacto Covid-19 en las mujeres usuarias de la red de adicciones, organizada por Fundación Atenea y en la que reconoció la importancia de “estar muy pendientes y medir y analizar las posibles diferencias” que presentan estas mujeres con respecto a los hombres con la misma problemática.

En este sentido, admitió que, con el paso del tiempo, en España “aprendimos también que, aunque hubiera menos mujeres que tenían patrones de consumo de sustancias con mayor riesgo, menos que desarrollaran adicción y menos que murieran de sobredosis o de cirrosis hepática, las que tenían el problema lo tenían mucho más gordo que sus compañeros varones”.

“Había unas circunstancias que hacían mucho más difícil que salieran adelante y, sin embargo, salen como los varones y esto es muy importante”, recalcó, convencido de que, “si no vemos estas cosas, si no miramos estas cosas, si no mantenemos esta mirada, no nos damos cuenta”.

Con respecto a la pandemia, en torno a la que girará la jornada, Villalbí subrayó que, a su juicio, “ha puesto de manifiesto" la “extraordinaria capacidad” de los profesionales y las organizaciones que trabajan en este campo para “responder en condiciones de emergencia, para arreglárselas para no dejar a sus pacientes tirados en condiciones muy extremas”. “Y, además, distinguir muy claramente las situaciones de mayor riesgo, a las que prestaron más atención, y las de menor riesgo”, sentenció, consciente de que los pacientes con problemas de opiáceos “tuvieron siempre entrada preferente”.

Tras defender que esta “flexibilidad y capacidad de análisis crítico rápido” mostrada por los profesionales de esta área “para responder a las circunstancias extremas” resulta “muy valioso”, reseñó que, de la crisis “también aprendimos que había un montón de usuarios de drogas sin techo que no tenían dónde confinarse”. “En muchas grandes ciudades hubo que hacer esfuerzos extraordinarios para encontrarles un techo”, recordó, para valorar que hubo “muchas iniciativas diversas y algunas que son muy valiosas y de las que seguimos aprendiendo todavía”, dado que esta población, “habitualmente, era excluida de los servicios sociales de inclusión social que ofrecen un albergue a otras personas sin techo”.

“Y ahí también, de nuevo, vimos la importancia de dar respuestas a las mujeres”, resolvió, para asegurar que las “lecciones extraídas” del seguimiento de estos perfiles “han sido espectaculares”, convencido de que la “mejora clínica, social y personal de muchas de estas mujeres nos muestra un camino que hemos de seguir”.

Por ello juzgó necesario “reforzar” la capacidad de respuesta de la red de entidades y organizaciones que se dedican al abordaje de esta problemática en España, haciendo hincapié en la “posición de liderazgo” con la que, según su criterio, cuenta Fundación Atenea.

Por su parte, la vicepresidenta de esta fundación, Esther Martín, manifestó que “no es ningún secreto” que el “impacto” de la pandemia en estas mujeres “ha sido más acusado”. "Por su mayor precariedad laboral, su mayor papel en los cuidados de las personas dependientes", indicó, convencida de que, "en aquellas mujeres que partían de una mayor vulnerabilidad social, ha contribuido a precarizar aún más su situación”.

Martín destacó que las “situaciones y llamadas por violencia han aumentado significativamente” en este tiempo y denunció que las personas con adicciones también han visto “aumentadas” sus “dificultades” en lo referente al acceso a los recursos y el acceso a sustancias, en el caso de usuarios con consumos activos. Además, han experimentado “mayor riesgo para su salud" en el caso de las personas con adicciones "con perfiles más deteriorados”, así como “un aumento del problema de convivencia”.

“En el caso de las mujeres, cuando se visibiliza su adicción, la estigmatización es aún mayor y, en ocasiones, deben llevar en silencio su recuperación para su entorno”, prosiguió, para advertir de que situaciones como el confinamiento “han supuesto una mayor dificultad” para ellas.

En esta línea, aseguró que este tipo de jornadas contribuyen a “visibilizar las adicciones y la triple estigmatización” que, a su entender, “sufren las mujeres con adicciones y que dificulta su tratamiento” y también rememoró las “dificultades” que la pandemia “ha originado en la red de adicciones”, obligando a sus profesionales a ser, “una vez más, polivalentes y resolutivos”.

“El objetivo de esta jornada es dar una visión conjunta, desde distintas entidades y áreas de la administración, de lo desarrollado, del impacto y las necesidades que se han planteado”, abundó, para adelantar que, con ese fin, el evento ofrecerá una “visión” sobre lo “acontecido” en relación a la población usuaria de los recursos, gracias a los datos del Observatorio de Proyecto Hombre, y permitirá “conjugar la visión” del abordaje de esta nueva realidad desde una comunidad autónoma como Extremadura, una gran ciudad como Madrid y una “entidad con largo recorrido e implantación en todas las áreas de adicciones”, como el Centro de Solidaridad de Zaragoza.