En un comunicado, los agricultores aseguran que la falta de agua en la último tramo del Ebro, por las obras que conlleva el nuevo Plan, provocará un mayor desequilibrio social entre esta zona, que ya está deprimida, y el resto del litoral mediterráneo, mucho más desarrollado.

Según denunian, el aprovechamiento del Ebro que han venido realizando en los últimos años y las inversiones en mejorar sus explotaciones para hacerlas más competitivas, están ahora en riesgo.

Para los agricultores de la zona del delta del Ebro, la falta de agua que originará el nuevo plan hidrológico provocará un grado mayor de salinización del agua en las zonas de plantación de arroz, además de provocar perjuicios ecológicos y sociales.