En declaraciones a Servimedia, Del Campo precisó que lo primero que debe estudiar el Gobierno es si compensa acometer una obra tan importante desde el punto de vista económico y idió que el coste no repercuta íntegramente en los agricultores, que no podrían afrontar un alto precio del agua.

No obstante, aseguró que "llevar agua a la zonas más necesitadas siempre es bueno y la cantidad que se contempla en el trasvase -un billón de litros al año- puede garantizar la permanencia de los regadíos ya existentes".

Respecto a la obligación que impone el nuevo plan de limitar la creación de nuevos regadíos, Del Campo aseguró que su federación está de acuerdo con este principio. "o pueden surgir nuevos regadíos cada vez que se hace un pantano o se trasvasa agua", puntualizó.

Finalmente, confió en que el Plan Hidrológico Nacional pueda ser debatido por todas las partes implicadas y, sobre todo, que si incluye finalmente trasvases, "se garanticen compensaciones de todo tipo para las zonas que ceden el agua".