Dichos fondos serán gestionados por el Servicio Nacional de Parques (National Park Service), la Oficina de Gestión de Tierras (Bureau of Land Management) y el Servicio Forestal (Forestal Service).

Esta iniciativa tiene por objetivo la recuperación medioambiental de estas antiguas explotaciones mineras, de las que hay en torno a 250.000 en todo el país, y se prevé que creará cientos de nuevos empleos.

El programa pretende poner fin a la contaminación con metales pesados de los cursos de agua provocada por las minas abandonadas, que actualmente afecta a unos 20.000 kilómetros de los cursos fluviales de Estados Unidos y que ha diezmado las reservas piscícolas.

Otro de sus objetivos es recuperar estas antiguas zonas industriales para la generación de energías renovables, como la solar o la eólica, ya que su situación es adecuada debido a la lejanía de áreas pobladas y a que están dotadas de infraestructuras como líneas de suministro eléctrico y buenas conexiones por carretera.