EL PLAN DE COMPETITIVIDAD DE LA INDUSTRIA ALIMENTARIA RECOMENDARA LA POTENCIACION DE LAS MARCAS Y LA CONCENTRACION EMPRESARIAL

MADRID
SERVIMEDIA

La industria agroalimentaria española tiene numerosos puntos "negros" que le impiden mejorar su competitividad con respecto al resto de países europeos, según señala un estudio sobre la copetitividad del sector de alimentación, realizado por Ernst and Young para el Ministerio de Agricultura, al que ha tenido acceso Servimedia

Para hacer frente a esta situación el informe, que será la base para el Plan Estratégico de la Industria Alimentaria que la Administración presentará la próxima semana, señala una serie de recomendaciones, entre las que destaca la necesidad de la potenciación de las marcas de los productos.

Otras de las actuaciones prioritarias deberán ser el aumento de la diensión de las empresas, vía crecimiento o vía concentración por absorción, y la potenciación de la calidad como objetivo global, así como el reciclaje y formación continuada del personal contratado.

Entre los puntos negativos de la industria española, figura la coexistencia de grandes empresas, normalmente multinacionales (que absorben el 75 por ciento de la facturación) con numerosas pequeñas factorías (el 97,4 por ciento tiene menos de 49 empleados).

Asimismo, el estudio señala como aspectos "dbiles" las inadecuadas relaciones con el sector primario; las dificultades para la comercialización de los productos; una frágil estructura financiera; y la baja cualificación del personal.

Sin embargo, el informe también responsabiliza en parte a la Administración de algunos problemas de las industrias de alimentación y bebidas. Así, éstas "soportan unos costes superiores al resto de países comunitarios con respecto a Seguridad Social, tipos de interés, costes de energía y transporte"

Por otro ldo, la "excesiva regulación administrativa sobre productos está provocando agravios comparativos frente a productos fabricados en otros países", según el documento.

También se señala, tras un pormenorizado análisis, los sectores con una posición competitiva "fuerte o débil". Entre los primeros el estudio recoge el lácteo (para los productos de alto valor añadido), arroz, pastas alimenticias, cereales expandidos, sopas y condimentos, alimentación infantil, brandy, aguas envasadas y bebidas refrescantes

Por su parte, tienen mala situación competitiva los quesos, las conservas y congelados vegetales, los transformados de pescado, harinas, azúcar y otros productos alcohólicos (salvo brandy).

SOLUCIONES

Para abordar estos problemas, el estudio destaca la potenciación de las marcas de calidad, mediante la publicidad individual o colectivas. A las empresas con bajo poder de difusión, el informe propone aunar esfuerzos entre empresas mediante la inserción de anuncios que destaquen los productos porzonas geográficas o denomicaciones de origen.

En materia de comercio exterior, los acuerdos conjuntos de promoción mediante consorcios y el estudio de los mercados internacionales con posibilidades de inversión serán fundamentales para abrir los mercados.

En la distribución por sectores, los sectores mas fuertemente competitivos deben consolidar sus marcas mediante el "marketing" y estudiar la creación de nuevos productos en los sectores de grasas margarinas y aceites, lácteos, bollería y elaboraos cárnicos y vinos, especialmente.

En los sectores de competitividad media, el informe considera fundamental la renovación de los equipos industriales para afrontar mercados más competitivos, mientras que los más desfavorables deberían potenciar la variedad y la imagen de calidad y buscar nuevos grupos de consumidores.

Respecto al Ministerio de Agricultura, el informe insiste en la necesidad de potenciar programas de formación específica para cada sector, del sistema de Denominación de Origen, dfinición de un marco de "contramarcas de calidad", diseño de envases y etiquetas, etc, así como la instauración del gusto en los consumidores.

(SERVIMEDIA)
16 Mar 1993
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