El siniestro fue descubierto por agentes de la Policía Local del municipi, quienes advirtieron la presencia de una gran nube de humo en el casco urbano y, tras cerciorarse de su procedencia, avisaron a los bomberos.

A pesar de la intervención de los efectivos de este Cuerpo, que tuvieron que trabajar para sofocarlo durante más de tres horas, el fuego destruyó en poco tiempo el interior del santuario y su techumbre, que, al parecer, no se estaba en buenas condiciones.

Los primeros indicios apuntan la posibilidad de que el incendio fue provocado, ya que las puertas de etrada a la capilla, que data de finales del siglo XVI, estaban abiertas y las llamas se propagaron con una gran rapidez.

La proximidad en el tiempo de varios sucesos similares en el casco urbano de Colmenar hace sospechar a las autoridades locales de la posible existencia de un pirómano en el municipio.

Desde finales de enero, un total de cinco coches estacionados en diversas calles del municipio ardieron en extrañas circunstancias, lo que induce a la Policía Local a pensar que el autor es el miso individuo, aunque, hasta la fecha, se desconce su identidad.