En los pasillos del Congreso, Piqué recordó que esta decisión afecta a las relaciones internacionales, y lanzó un llamamiento a todas las fuerzas políticas para no interferir en el proceso y no buscar "réditos electorales a corto plazo".

Al margen de esta advertencia, el portavoz expresó el "máximo respeto" del Ejecutivo a las decisiones judiciales y su voluntad de "atenerse a las consecuencias", si bien subrayó que aún quedan por delante multitud de trámites.

Aseguó que esta decisión no tiene "nada que ver" con los principales responsables españoles del Ministerio Fiscal, cuyo cese han vuelto a pedir los socialistas, y manifestó su solidaridad con el Gobierno de Chile, sus instituciones democráticas y su pueblo, que ha protagonizado una transición a la democracia "realmente admirable y que merece la comprensión y el apoyo de todos nosotros".