En declaraciones a la cadena Ser, Isabel Allende afirmó: "Nosotros los socialistas siempre hemos preferido que esto se hubiera dado en Chile, pero en ese país, antes, ni habían condiciones para la justicia -durante años hemos vivido la impunidad- y después, incluso hasta el día de hoy, se pudo haber solicitado por parte de los tribunales chilenos la propia extradición de Pinochet, que habría tenido prioridad, pero nunca la solicitaron".

"Nunca hemos visto esto", añadió, "como una conducta colonialista y nunca hemos visto esto como una violación de la soberanía porque el propio artículo quinto de la Constitución chilena, impuesto por el propio Pinochet en el año 80, cuando no existían ni los partidos políticos autorizados, ni libertad de asociación y de opinión, reconoce como único límite a la soberanía precisamente el respeto a los derechos de las personas".

Isabel Allende recordó que su país nunca tuvo "una transición apacible", y que, aunque "no hubo mayor violencia", sí tuvo "un costo, el de la impunidad, el de la falta de justicia, el de la frustración para los familiares, una reconciliación que no llega".

Sobre la posibilidad de que Chile pueda estar preparada para juzgar a Pinochet, manifestó que "en este último año las cosas han cambiado y se debe precisamente a la detención de Pinochet. Por primera vez se han abierto más de veinte causas, y también ha habido la detención de altos oficiales".

Según Allende, "hoy díatenemos la posibilidad de decir: ha habido cambios, hay detenciones, hay indicios, hay señales que pareciera que dan esperanzas de que el día de mañana pueda haber también justicia en Chile, no sólo para otros oficiales, sino para el propio Pinochet".