PIMENTEL DICE QUE AZNAR NO FUE UN GRAN ESTADISTA Y PIDE A RAJOY QUE SE DESMARQUE DEL EX PRESIDENTE
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Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales con el PP, asegura que este partido abomina del centro político y se siente más cómodo en la derecha tradicional, acusa a José María Aznar de no estar dotado para ser un gran estadista y pide a Mariano Rajoy que se desmarque de Aznar si no quiere que se le desaloje de la Presidencia del PP.
"¿Quiere ser el PP un partido de centro? Pues si de verdad lo desea, vive Dios que no se le nota", afirma Pimentel en el comienzo de un artículo publicado hoy en "El Periódico de Catalunya" con el encabezamiento "¿Qué pasa en el PP?" y en el que repasa la trayectoria de este partido desde que ganara las elecciones en 1996 hasta la actualidad.
"El PP es heredero de la gran corriente de tradición liberal-conservadora. En ningún caso el espacio liberal-conservador debe sentir complejo alguno frente al espacio de la izquierda, que también ha ofrecido notables páginas a nuestra historia. Sin embargo, parece que el PP se siente más cómodo en posturas más tradicionales de la derecha que en el centro que le hizo grande", afirma.
Pimentel recuerda que el PP venció en los comicios generales de 1996 "con un claro programa de centro" y "supo unir unas inteligentes reformas económicas con una avanzada política social, todo ello adobado por un esfuerzo de diálogo y negociación permanente".
El ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales recalca que "todo parecía marchar sobre ruedas para un PP moderado, centrado y reformista", pero a finales de aquella legislatura ocurrieron "dos importantes modificaciones".
"Por una parte, el PNV pasó de socio a verse equiparado con ETA, bien es cierto que tras su monumental error histórico de Lizarra. Por otra parte, de forma súbita, el Gobierno decidió abandonar un acuerdo de todas las fuerzas políticas para racionalizar la absurda ley de extranjería que padecíamos", apostilla.
En este sentido, Pimentel explica que "para sorpresa de algunos, el PP moderado comenzaba a mostrar una cara que hasta entonces no se le había conocido, la de la abierta hostilidad hacia los nacionalismos y la de la instrumentalización partidaria del asunto de la inmigración, asuntos ambos que han supuesto un granero de votos para la derecha más tradicional. Algo extraño comenzaba a mostrar su patita bajo el rutilando manto centrista".
"CONMIGO O CONTRA MI"
Pimentel prosigue recordando que "el PP ganó por una histórica mayoría absoluta las elecciones del 2000. Y a partir de ese momento todo se volvió áspero, bronco, imperativo. El 'conmigo o contra mí', el 'España soy yo', tan habitual, por desgracia en nuestra historia, volvieron a reinar a su antojo".
Añade que Aznar "abandonó el diálogo y comenzó a jugar a gran estadista, algo para lo que, desgraciadamente, no estaba especialmente dotado".
Para Pimentel, "los errores se amontonaban", como "una miserable criminalización de la inmigración", "una reforma laboral mal diseñada", "la boda escurialense" de la hija de Aznar, "el 'Prestige'", el accidente del Yak 42 y "otros episodios", que "mostraron siempre el pecado capital de la soberbia, la incapacidad de reconocer fallos y el desprecio a los oponentes".
Después, "llegó lo de Iraq", que constituyó, para Pimentel, "un error histórico para España", y los atentados del 11-M, tras los cuales "el Gobierno gestionó mal la información, intentando culpabilizar a ETA de una matanza que tenía desde sus orígenes sello islámico".
"¿Y qué hizo el conjunto del PP ante los evidentes desvaríos de su presidente? Pues nada, sino callar y obedecer. Tampoco hoy han entonado 'mea culpa' alguno. Siguen bajo la fascinación del inequívoco liderazgo de Aznar. Rajoy no manda, ni ha podido imponer ni su talante ni su política", prosigue.
"La maldición de los imperios en decadencia, aquello de cualquier tiempo pasado fue mejor, condiciona su timón. Siguen creyendo que fueron las formas broncas las que nos llevaron al éxito electoral y no comprenden que el PP ganó precisamente por representar un centrismo del que ahora parecen abominar. O Rajoy se desmarca de Aznar, o el partido terminará deshaciéndose de él", concluye.
(SERVIMEDIA)
05 Jun 2005
MGR