Los otros dos F-1 que volaban inmeditamente detrás de los aviones siniestrados y que aterrizaron en la base francesa de Cambrai recibieron órdenes de regresar a España tras producirse el accidente.

Según informó a Servimedia un portavoz del Ejército del Aire, el cuerpo del comandante fallecido fue transportado hoy en un avión militar español desde la base de Cambrai, en cuyas inmediaciones cayeron los aparatos, hasta la base de Los Llanos, de Albacete, de la que formaban parte los aparatos siniestrados y a donde está previsto que llegueel féretro sobre las tres de la tarde.

En la base será instalada la capilla ardiente, que permanecerá hasta las 9,30 de mañana, hora a la que se celebrará el funeral. Posteriormente, el cuerpo del comandante será trasladado, también a bordo de un avión del Ejército del Aire, a Zaragoza, donde será enterrado.

Una comisión investigadora del Ministerio de Defensa español, integrada por seis personas, permanece desde ayer en el lugar del accidente para determinar las causas del mismo, que, según declró hoy el ministro de Defensa, "no se debió a ningún fallo mecánico".

Asimismo, el tripulante del otro aparato accidentado, el capitán Julio de Vargas Vidal, que logró saltar en paracaidas antes de que se estrellara el avión, permanece ingresado en un centro hospitalario francés, donde está siendo asistido de heridas de carácter leve.

Desde que España adquirió los 72 Mirage F-1 a la empresa francesa Dassault-Breguet en 1975, 20 de estos aparatos han quedado fuera de servicio al sufrir accidentes. Sin embargo, para García Vargas estos aviones no han superado el índice de siniestralidad, ya que, según declaró a la Ser, "teniendo en cuenta las horas que vuelan al año, están dentro de la media de los países desarrollados".

Según el titular de Defensa, la pérdida de estos aviones "es la normal". "No son aviones que estén demasiado viejos; están ahora en la vida media, pero no son aviones que tengan problemas mecánicos".

Los aparatos siniestrados habían partido ayer de la base de Los Llano con dirección a la localidad belga de Florennes, donde iban a participar durante un mes en un programa de intercambio con el Ejército del Aire belga.