Greenpeace denunció hace tiempo que los juguetes de plástico blando son ltamente peligrosos para la salud de los niños por su toxicidad. La organización ecologista considera que el proceso de fabricación de estos juguetes podría ser peligroso por las sustancias que utiliza, que podrían ser ingeridas por los niños por succión.

Un comité científico de la UE, encargado de estudiar esta cuestión, emitió hace un mes sus conclusiones provisionales. En ellas, pedía que se realizaran estudios más profundos, para valorar la toxicidad de las sustancias que se utilizan durante su faricación.

El tiempo real de exposición, los riesgos de una exposición múltiple a varios tipos de sustancias y la sensibilidad específica de los niños menores son criterios importantes a tener en cuenta.