La boda entre Antonio R.C. y María Teresa Ll., que iba a celebrarse hace cuatro años en una iglesia de la capital murciana, no llegó a su término porque se presentó en el templo la esposa del acusado, junto con su abogado, quien dijo al cura que el enlace no podía celebrarse porque aún no estaban divorciados.

El fiscal considera que el delito ha quedado en grado e tentativa, porque los contrayentes "aún no habían pronunciado el 'sí quiero'" cuando fueron descubiertos.

La acusación particular, por su parte, ha pedido una pena de cuatro meses de arresto mayor por el delito de bigamia, al entender que Atonio R.C. "ni iba de buena fe ni sufrió un error, sino que era perfectamente consciente de que no podía obrar de esa forma".

Durante la vista oral celebrada esta mañana en la Audiencia Provincial de Murcia, el acusado declaró que siempre obró "de buena fe" yque ignoraba que no podía casarse en esas circunstancias.