Según informó hoy el director ejecutivo de esta organización, Pedro Pozas, el entrenamiento para realizar los números que lleva a cabo es "una agresión psicológica y fisiológica" del animal, donde se utilizan "técnicas bárbaras".

Así, asegura que los animales son "forzados" a adoptar comportamientos "antinaturales y artificiales por medio de la violencia", que después practican ante el público "por temor y ante los aplausos que son ajenos a su sufrimiento".

También denuncia la utilización de varas, estacas con pinchos, látigos, cadenas, collares ajustados, bozales, picanas eléctricas y ganchos puntiagudos, "todo ello oculto ante el espectador".

"Un circo está para entretener y divertir, pero es incongruente que sea a costa del sufrimiento y muerte de los animales. Ellos no han elegido ser sometidos para actuar en el mundo del espectáculo", señala Pozas.

El Proyecto Gran Simio hace un llamamiento a las autoridades para que impidan la entrada de este circo, "que viaja a España con el objetivo de seguir maltratando a los animales". En caso de que su entrada sea admitida, invitan a los ciudadanos a "boicotearlo" y protestar ante las autoridades municipales.