El fiscal acusó al padre de golpear brutalmente a la niña, y a la madre, Ana Isabel Campos Fontela, de permanecer impasible. Víctor Barreiro aseguró en la vista que nunca maltrató a su hija y que los hematomas y fracturas por los que precisó atención hospitalaria urgente se produjeron porque un día que estaba drogado se cayó repetidas veces cn ella en los brazos.

Ana Isabel Campos también dijo no tener constancia de que su marido maltratara al bebé, por lo que creía su versión. Reconoció haber observado en alguna ocasión que tenía un moratón, pero dijo que no le había dado mayor importancia.

Los peritos médicos que atendieron a la niña aseguran que cuando ingresó en el Hospital Xeral de Vigo, en agosto del año pasado, el estado de la pequeña era muy grave y presentaba lesiones sin duda causadas por malos tratos.

La niña fue ingrsada en estado de coma en el Hospital Provincial de Pontevedra con una parada cardíaca y precisando ventilación asistida. Tenía además un traumatismo craneal que hacía temer por su vida, por lo que fue trasladada al Hospital Xeral de Vigo, donde fue atendida de traumatismo abdominal y de fracturas en dos costillas y húmero, así como una quemadura supuestamente producida por un cigarrillo en la ingle. Los médicos tuvieron que extirparle un riñón y una moneda de cinco pesetas que tenía alojada en el esófago. Según los médicos que la atendieron, la pequeña Ana Isabel estaba como si la hubiera atropellado un coche. En la actualidad la niña está bajo tutela pública y sufre, como secuelas de las lesiones, retraso en el lenguaje y habilidades para caminar y manipular. La defensa pidió la libre absolución de los acusados, padres de otra niña de dos años, alegando como atenuante la toxicomanía.