La defensa pidió la absolución de su cliente del delito de homicidio y solicitó una condena inferior a la que reclama el fiscal por un delito de lesiones.

Durante la vista pública, los forenses y peritos de la defensa coincidieron en que las heridas halladas en el cuerpo de Antonio Moreno Chamarín, tras ser apuñalado por su hermano, no eran mortales.

Además, indicaron que los médicos que trataron a la víctima comtieron un "error quirúrgico", al no detectar la perforación del yeyuno, al tiempo que expresaron su sorpresa por el hecho de que el herido fuera dado de alta. El juicio, que se ha celebrado durante los dos últimos días en la Audiencia de Huelva, ha quedado visto para sentencia.

Según los forenses, la puñalada se produjo a unos cuatro centímetros del ombligo, penetró en el abdomen y afectó al colon transverso, al mesocolon y al yeyuno. La herida tenía dos trayectorias, por lo que se supone que el arma e movió una vez dentro del cuerpo, posiblemente a causa del forcejeo.

El fiscal reiteró en sus conclusiones definitivas que Joaquín Moreno es culpable de un delito de homicidio, ya que tenía la intención de matar y las heridas que produjo a su hermano eran suficientes por sí solas para causarle la muerte.