El comportamiento de la economía durante el segundo trimestre del año consolidó la tendencia que se seguía de enero a marzo. Así, se intensifica la aportación de la demanda interna al crecimiento de la actividad (2,1 puntos, cuatro décimas más que en el primer trimestre).

Este resultado se debió al dinamismo del consumo privado y la inversión, que crecen un 2,9 y un 3,3%, respectivamente. Es muy notable la inversión en bienes de equipo, que aumenta un 7,9%, mientras que en construcción slo crece un 0,4%.

Sin embargo, la variación de existencias y el consumo público registraron decrecimientos del 0,5 y del 0,1%. Además, la demanda externa atenúa su aportación al PIB, que fue de un punto, dos décimas menos que en el primer trimestre, como consecuencia del estancamiento de las exportaciones y de la reactivación de las importaciones.

Desde el punto de vista de los sectores, destaca el avance registrado en la industria y los servicios destinados a la venta, que aumentaron un 4,4 y un4,1%, respectivamente. En cambio, los sectores agrícola y pesquero crecieron sólo un 1,3%, con lo que continúa su fuerte desaceleración.

Además, la construcción sigue recuperándose de su recesión. Por primera vez desde el primer trimestre de 1996 no registró un crecimiento negativo, aunque en esta ocasión su aumento fue del 0%. Finalmente, los servicios no destinados a la venta decrecieron un 0,9%.