MADRID

PETER CARUANA VE CERCANO UN ACUERDO SOBRE EL AEROPUERTO DE GIBRALTAR Y LAS PENSIONES DE LOS TRABAJADORES ESPAÑOLES

- Asegura que hoy no existe fórmula alguna que permita avanzar en el contencioso sobre la soberanía

MADRID
SERVIMEDIA

El ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, aseguró hoy que ve "muy cerca" un acuerdo sobre la utilización conjunta del aeropuerto, y también sobre la revalorización de las pensiones de los españoles que trabajaron en la colonia antes del cierre de la verja en 1969.

Estos dos asuntos están sobre la mesa del foro de diálogo entre España, Reino Unido y Gibraltar. Durante su participación en el Fórum Europa, Caruana avanzó que podría cerrarse el acuerdo antes del verano.

Durante toda su intervención Caruana trasladó la idea de que actualmente no existe fórmula que permita avanzar en el contencioso sobre la soberanía de Gibraltar, por lo que lo más razonable es acercar posturas en asuntos que pueden contribuir a mejorar la calidad de los ciudadanos de ambos lados de la verja, como la utilización del aeropuerto.

Sobre la fórmula para revalorizar las pensiones, no quiso entrar en detalles porque la resolución técnica de esta reivindicación de los trabajadores españoles es prácticamente bilateral entre España y Reino Unido.

Dejó claro, en todo caso, que no habrá reuniones ministeriales hasta que los acuerdos estén casi cerrados en los aspectos básicos.

Caruana dibujó una imagen de Gibraltar como pueblo moderno, autosuficiente, que no recibe ayudas de Reino Unido, con un PIB que roza los 850 millones de euros, un presupuesto anual de 300 millones y pleno empleo.

Su centro financiero supone el 30 por ciento de ese PIB y, "en contra de lo que se dice desde algunos sectores de España", cumple "a rajatabla" con todas y cada una de las normativas europeas que le son aplicables.

Cada año recibe siete millones de visitantes y en su puerto recalan 9.000 buques, siendo el más importante del Mediterráneo occidental en "gasolineras flotantes", aunque también en este ámbito aseguró que se cumple con toda la normativa internacional sobre preservación del medio ambiente.

REFORMA CONSTITUCIONAL

Dibujó Gibraltar como un pueblo asentado en un pequeño territorio, pero políticamente maduro y con un alto grado de autogobierno y autosuficiencia, que además ha sido reforzado por su reforma constitucional.

Esa reforma, aseguró, no modifica las posiciones tradicionales sobre el contencioso de soberanía, porque sigue estableciendo la responsabilidad de Reino Unido por Gibraltar en todos los foros internacionales y este país reitera expresamente, además, que no cederá la soberanía en contra de la voluntad de los gibraltareños.

Con este panorama, sentenció que Gibraltar "no es antiespañol", sino que defiende lo que considera aspiraciones legítimas y se opone, eso sí, a la posible pretensión de España y Reino Unido de negociar el futuro político del Peñón "como si los gibraltareños no tuviéramos vela en el entierro".

Gibraltar defiende, explicó, el derecho de autodeterminación del que han gozado los pueblos coloniales, aunque no busca ni quiere la independencia.

Por este motivo, Caruana quitó trascendencia al empeño de España en defender la vigencia del Tratado de Utrech, que le otorga la primera opción de soberanía en caso de que Reino Unido renunciara a ella, de lo que deduce la imposibilidad de la independencia de Gibraltar.

En su opinión, la postura española se reduce a la reivindicación de una soberanía que considera perdida injustamente "hace muchísimos siglos", en 1704. "Los tratados de hace trescientos años no tienen validez para desplazar los derechos de un pueblo europeo en pleno siglo XXI", sentenció.

En cuanto a la postura británica, Caruana la ve condicionada únicamente al "muro" que supone haber reconocido por escrito que nunca cedería esa soberanía en contra de la voluntad de los gibraltareños.

Con eso debe contar Reino Unido, advirtió, porque ya en el año 2000 esa voluntad expresada en una consulta imposibilitó la pretensión bilateral de negociar la soberanía compartida. Como entonces, hoy y en el futuro, sentenció Caruana, será "imposible" cualquier fórmula "que sea inaceptable para Gibraltar".

Por ello, desde su punto de vista, la única vía razonable de negociación es tratar de acercar posturas sobre asuntos que puedan mejorar la vida de los ciudadanos y que respeten la posición de las tres partes sobre la soberanía. Eso es lo que se está haciendo en el foro tripartito, precisó, sin que ello suponga que nadie haya renunciado a nada ni que a nadie se le haya garantizado nada.

(SERVIMEDIA)
21 Abr 2006
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