Aunque desde hace algunos meses el número de embarcaciones en el lugar ha disminuido, quedan algunas que siguen burlando la vigilancia policial en las aguas portuguesas, pese a estar prohibido.

La actividad de estas embarcaciones ha provocado malestar y preocupación entre las autoridades españolas, ya que se teme que algunos de estos pesqueros españoles vuelvan a ser tiroteados, como ocurrió hace años, cuando la "guardiña" portuguesa disparó a una de las embarcaciones y mató a un pescadorde Ayamonte.

Según el presidente de la Cofradía de Pescadores de Ayamonte, José Albarrán Brito, la pesca clandestina en el Guadiana y su entorno se ha reducido bastante, pero no se ha erradicado del todo, pese a los esfuerzos de las administraciones competentes, que ya han sido advertidas de la "peligrosidad" de la situación.