El pescador decidió entregar la droga para evitar complicaciones, en contra de la opinión de algunos de sus amigos y vecinos, que le aconsejaron que arrojara de nuevo los fardos al mar.

El hecho de haber entregado los sesentakilos de hachís a la Guardia Civil de la villa pontevedresa de Cangas le está causando ahora muchos problemas, ya que ha recibido numerosas amenazas contra sus bienes.

La última captura de hachís tuvo lugar el pasado martes. Al parecer, se trata de una parte del cargamento abandonado por un buque de narcotraficantes frente a las costas de A Guarda, junto a la frontera portuguesa, en octubre del pasado año.

El 90 por ciento de aquel cargamento de droga fue recogido casi de inmediato por las autoriades, aunque una parte fue arrastrada por el mar al romperse la malla. De ahí proceden las partidas que ha estado encontrando el "Ramona Pan Alvarez".

Xosé Soage, autor del hallazgo, reconoció haber recibido "consejos" de tirar la droga al mar y no dar cuenta a las autoridades.

El pescador, no obstante, está empeñado en denunciar el incremento de la presencia de drogas en los pueblos costeros y cercanos a Pontevedra y apuntó que por donde faena lo hacen otros muchos barcos, a pesar de lo cual nade ha entregado hasta el momento droga.

Ha recibido amenazas de quemarle el coche y ha contratado un vigilante para que vele por la integridad de su barco cada vez que amarra en puerto.