Según Ingrid Rubio, directora de Audiología de Aural Centros Auditivos, "no se trata solo de los problemas de comunicación", sino también de "su profundo impacto en el bienestar emocional y social de este segmento poblacional".

Entre los principales efectos de la pérdida auditiva, los expertos señalan el aislamiento social (ante la dificultad para mantener conversaciones, muchos afectados evitan reuniones sociales y familiares); trastornos como ansiedad y depresión (un estudio publicado en ‘The Lancet’ indica que las personas mayores que no tratan sus problemas de audición tienen un 40% más de posibilidades de desarrollar depresión), y deterioro cognitivo (investigaciones de la Universidad Johns Hopkins asocian estas pérdidas a un mayor riesgo de demencia).

Los expertos de Aural Centros auditivos destacaron la importancia de la detección precoz, esto es, de la realización de pruebas auditivas anuales a partir de los 60 años. "Es fundamental para identificar problemas en etapas tempranas".

Insistieron, además, en que los afectados deben asistir a un profesional, para obtener un diagnóstico adecuado y la adaptación de soluciones personalizadas. Finalmente, reclamaron más concienciación y promover el conocimiento sobre los efectos de la pérdida auditiva.