Vida en comunidad

Las personas con discapacidad intelectual están más sanas, con mejor conducta y más felices si viven en comunidad

- Plena inclusión pide a las comunidades autónomas que el proyecto 'Mi casa' de viviendas con apoyo continúe y se generalice

MADRID
SERVIMEDIA

Más independientes, con mejores conductas y menor consumo de medicamentos, es como son ahora las 759 personas con discapacidad intelectual y grandes necesidades que participaron en el proyecto ‘Mi Casa: una vida en Comunidad', desarrollado desde hace tres años por Plena inclusión España para impulsar la vida en comunidad de este colectivo, a través de pisos compartidos con apoyos personalizados.

Sus resultados se presentaron este jueves en Madrid, durante unas jornadas que se prolongarán hasta mañana viernes.

En la inauguración, personas usuarias, familiares y responsables de Plena inclusión pidieron a las administraciones públicas, en especial a las comunidades autónomas, que respalden la continuidad de este proyecto piloto para que las viviendas comunitarias puestas en marcha sigan en funcionamiento, su oferta se generalice y programas similares se incluyan en la cartera de servicios dentro del Sistema de Atención a la Dependencia.

Cuatro entidades expertas en evaluación de proyectos sociales han realizado estudios cuantitativos y cualitativos sobre los efectos en la vida de las 759 personas con discapacidad intelectual y de todas las comunidades autónomas que han participado en ‘Mi Casa’.

De los extensos informes que ultimarán en diciembre, se puede concluir que la calidad de vida de estas personas ha mejorado “de forma ostensible en estos tres años”, explican desde Plena inclusión. Ello se percibe en la disminución del uso de medicamentos, la reducción de problemas de conducta, la mejora de las relaciones con el vecindario y en un mayor bienestar emocional, indican.

CONCLUSIONES

Durante el acto, familiares y profesionales corroboraron estos resultados y aseguraron que sus allegados “son ahora más felices”.

Tomás Sancho, presidente de Plena inclusión Madrid, expuso su experiencia personal a propósito de la participación de su hija en el programa. “Nosotros ya pensábamos que Marta", su hija con TEA y discapacidad intelectual, "debía empezar a vivir fuera de casa”, explicó, pero la opción que “nos daba la Comunidad de Madrid era una residencia en Getafe, muy lejos del barrio” de la Estrella, al este de la capital, donde vive la familia.

“Está a la otra punta cruzando la ciudad, y lo rechazamos”, indicó. Por eso, cuando supieron de la oportunidad de participar en 'Mi Casa', vieron una ventana de esperanza. Al principio “teníamos dudas”, confiesa, pero “vemos que Marta es feliz y mucho más independiente”. “Ha aprendido a hacer cosas que antes no podía hacer”, aseguró, “y cuando está con nosotros, interactúa mucho mejor”. “Estamos contentísimos”, por lo que defendió la continuidad del proyecto.

PETICIÓN A LAS CCAA

Carmen Laucirica, presidenta de Plena inclusión España, señaló por su parte que este proyecto debe “tener continuidad, llegar a más lugares del país y extenderse entre otros colectivos sociales vulnerables”. “Este proyecto transforma y mejora lo que se estaba haciendo hasta ahora en el terreno de la política de cuidados”, afirmó, pues “une personalización, desinstitucionalización y vida en comunidad”. “A las evidencias nos remitimos”, declaró.

“Vivir en comunidad es un derecho de todas las personas”. “Es una pena que tengamos que andar reivindicándolo a estas alturas, pero en ello estamos”. Por ello, destacó la importancia del apoyo “presente y futuro de las comunidades autónomas para conseguir que proyectos innovadores como ‘Mi Casa’ sigan mejorando las políticas de acción social en España”.

Desarrollado con fondos Next Generation y dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, este proyecto piloto ha tenido carácter nacional, pero ahora son las comunidades autónomas las que deben incluir estas viviendas con apoyos en su cartera de servicios, explicó a Servimedia el director general de Derechos de las Personas con Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales, Jesús Martín Blanco.

“Estamos trabajando con todas las comunidades para que lo incluyan en sus políticas públicas”, aseveró. "Por nuestra parte, seguiremos buscando financiación para transferírsela”, e insistió en la importancia de que las viviendas del proyecto, gestionadas por entidades miembro de Plena inclusión, se mantengan y su ejemplo se extienda, para que más personas puedan beneficiarse de ellas.

QUE EL SUEÑO CONTINUÚE

La presentación del proyecto corrió a cargo de varias personas con discapacidad intelectual y sus familiares . Sobre el escenario, se simuló el salón de una vivienda comunitaria de 'Mi Casa', en la que varias mujeres con discapacidad demostraron cómo es su día a día. También intervinieron profesionales, que escenificaron el proceso que una persona interesada debe seguir para entrar en uno de estos pisos.

Marina es la madre de Víctor, un joven “encantado” con la experiencia. “Solo pido que este sueño no se trunque. Que las autoridades pongan todo de su parte y que siga adelante”, reclamó.

En la jornada participó también la secretaria de Estado de Derechos Sociales, Rosa Martínez, que aseguró que las aportaciones del proyecto “van en la misma dirección que la Estrategia Estatal de Desinstitucionalización”. “El futuro de los cuidados y de los apoyos es ahora distinto gracias a 'Mi Casa'”, declaró.

A su juicio, “vivir en comunidad y de forma independiente ya no es un privilegio, sino un derecho irrenunciable“. Además, Martínez recalcó que la reforma de las leyes de Dependencia y Discapacidad que prepara su departamento permitirá que este tipo de vivienda con apoyos, y otras figuras como el asistente personal, se generalicen dentro de la cartera de servicios.

EL SALÓN DE TERE

En estos tres años de funcionamiento del proyecto ‘Mi Casa: una vida en comunidad’, Plena inclusión ha desarrollado estrategias de innovación social a la hora de prestar apoyos personalizados de cara a la participación e inclusión en el barrio. Varias de ellas fueron puestas en escena en ‘el salón de Tere y sus compañeras’.

Para empezar, las personas con discapacidad intelectual y grandes necesidades de apoyo de los 66 pisos tenían voz y voto a la hora de seleccionar a sus profesionales de apoyo. Así se pudo ver en ‘el salón de Tere’, donde ella y sus compañeras debatieron sobre el tema.

También se creó la figura de las conectoras comunitarias, profesionales que mapean las oportunidades en el pueblo o el barrio para que las personas con discapacidad de los pisos puedan participar en asociaciones, espacios vecinales o iniciativas colectivas, públicas y privadas. Al final de la representación, Tere se encuentra con su conector para participar en la organización de las fiestas del barrio.

En este proyecto han intervenido además ‘facilitadores’, es decir, profesionales que garantizan las opciones de elección de las personas con discapacidad y su participación en las propuestas de la conectora. Una de ellas acompañó a Víctor y a su madre a conocer el piso de Tere.

Gracias a todos ellos, los participantes en este proyecto realizan actividades individuales en su barrio, interactúan con el vecindario, compran en el supermercado, acuden al bar y al centro de salud, participan en asociaciones de mujeres o de vecinos, asisten a clases de baile del Ayuntamiento, van a la biblioteca o al polideportivo, etc.

De forma simbólica, la presentación concluyó con la entrega de las llaves del piso a los representantes del Ministerio de Derechos Sociales. “Sed bienvenidos y volved cuando queráis”, les dijo Tere, porque esta iniciativa “no debe tener final”.

(SERVIMEDIA)
24 Oct 2024
AGQ/clc