Los informadores que testificaron en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía se negaron a revelar sus fuentes de inormación sobre el proceso judicial investigado por Blanca Esther Díaz en su calidad de titular del Juzgado de instrucción número 4 de Marbella, aunque la mayoría de los testigos negaron que su fuente fuera precisamente la acusada.

Tanto el ministerio fiscal como la acusación siguieron durante la segunda sesión del juicio, que se prolongó por espacio de dos horas, una línea argumental basada en el supuesto delito de revelación de secreto que podría haber cometido la jueza, aunque el argumento no fue coroborado por los periodistas.

La sesión concluyó al filo del mediodía, para reanudarse mañana con el testimonio del funcionario judicial jubilado Juan Ramírez, promotor de la querella por la que se celebra la vista, en la que se solicitan 10 años de prisión para la acusada por los supuestos delitos de revelación de secreto, prevaricación y retardo malicioso en la administración de justicia, entre otros.

A raíz de las primeras investigaciones judiciales de la venta del Casino de Marbella, la magisrada ahora juzgada ordenó la detención del funcionario Juan Ramírez, quien, según relató uno de los inicialmente arrestados a la jueza, podría estar protegido en sus actuaciones supuestamente ilegales por el vicepresidente del CGPJ, José Luis Manzanares.

Precisamente uno de los responsables policiales de Marbella que asistieron a la reclusión e incomunicación de Ramírez en comisaría manifestó hoy ante el tribunal que el funcionario judicial jubilado se resistió a ser arrestado e incluso uno de los agetes que participó en la detención tuvo que ser asistido de una lesión en un testículo.