Madrileños y catalanes son los ciudadanos que más interés tienen por esta lengua, con un 28% y 23% de estudiantes en cada región, respectivamente. Les siguen los andaluces (con un 14%), valencianos (13%) y vascos y canarios (6%).

Según el estudio, el aprendizaje del chino se concentra en las regiones donde hay grandes empresas que tienen relaciones comerciales con el país asiático.

De hecho, la necesidad profesional es la primera motivación para estudiar el idioma, tal y como afirma el trabajo, bien porque la empresa del interesado ya trabaja en China o con proveedores chinos, bien porque es un país estratégico de expansión.

Otros perfiles de los alumnos que lo estudian son jóvenes en busca de empleo, como complemento a su formación; padres que tienen un hijo adoptado de ese país y mayores, quienes lo aprenden como afición.

El chino que se estudia es el mandarín porque, a diferencia de lo que se cree, no existen distintos tipos de esta lengua.Si bien, el chino o mandarín tiene dos tipos de escritura, la simplificada y la tradicional. Por lo general, se enseña la simplificada, que es la que se utiliza en la República Popular China. También existen muchos dialectos, siendo el cantonés el más popular.

El método más empleado para su enseñanza se basa en 500 caracteres esenciales, cuyo aprendizaje permite hablar, entender y relacionarse.