UN PEREGRINO REGRESA A MANCHA REAL (JAEN) TRAS RECORRER 20.000 KILOMETROS A PIE

JAEN
SERVIMEDIA

Miguel Torres Beteta, de 43 años, regresó el miércoles a su pueblo natal, Mancha Real (Jaén), tras recorrer a pie más e 20.000 kilómetros por una promesa que hizo a la imagen de Nuestro Padre Jesús (conocida popularmente por "El abuelo"), después de sufrir un grave accidente laboral en Cataluña, donde vive desde hace años por motivos profesionales.

El peregrino caminó durante dos años y diez meses en un largo viaje que le llevó de Mancha Real a Roma, Lourdes, Santiago de Compostela y Fátima.

Más de 200 certificados avalan el largo recorrido que realizó visitando parroquias, residencias de caridad, ayuntamientos,gobiernos civiles y emisoras de radio y televisión.

En unas declaraciones hechas a Radio Guadalquivir de Jaén, Miguel Torres explicó que trabajaba en una obra de Barcelona cuando tuvo el accidente que casi le cuesta la vida y que le causó importantes daños en el cráneo. Durante la convalecencia le prometió "al abuelo" que si salía de ésta realizaría la peregrinación.

Una vez restablecido, volvió a su pueblo, de donde había emigrado cuando tenía 8 años, para iniciar desde allí el camino, que empredió con 10.000 pesetas en el bolsillo. Era el 15 de septiembre de 1988.

Sin embargo, el dinero le duró poco, apenas hasta llegar a la frontera franco-española. La situación se complicó en Francia, al no hablar más idioma que el castellano, pero, según sus propias palabras, se valió de la providencia para subsistir y llegó a Roma a los ocho meses de su partida.

Su máxima aspiración al encontrarse en El Vaticano, "a pesar de que no soy beato ni fervoroso", fue ver al Papa, que al final le recibió e audiencia en junio de 1989.

A partir de ahí emprendió el regreso a la península, que estuvo lleno de riesgos, alegrías y penas. Durante su viaje, Miguel tuvo que ser ingresado en diferentes hospitales (Burgos, Montpellier y Roma).

MUCHO TIEMPO PARA PENSAR

Cansado, con cara arrugada y de buena persona, no paró de contar a todo aquél que le preguntaba las excelencias de las personas que le acogieron.

"Casi todo el mundo se ha portado muy bien, sobre todo los medios de comunicación y las paroquias de todos los sitios por los que he pasado", afirmó.

Según relató, su experiencia religiosa se ha visto fortificada, "ya que he tenido tiempo de reflexionar sobre Jesucristo y los cristianos".

En sus pensamientos, sus hijos ocupaban un lugar preferencial, "porque al principio me decían que estaba mal de la cabeza, pero al final lo comprendieron. Al fin y al cabo, estaba de baja y la paga seguía entrando en casa. La verdad es que con 22.000 pesetas tenían lo justo para vivir y mi mujer se puo a hacer faenas".

Hoy mismo, Miguel Torres vuelve a su casa de Rubí (Barcelona), donde los responsables del ayuntamiento le han asegurado un puesto en el Servicio Municipal de Jardinería.

"Les voy a dar una sorpresa cuando me vean, ya que no he llamado a casa desde hace dos meses", comentó. "Tengo muchas ganas de ver a mis hijos, dos chicos y dos chicas, el mayor de 22 años y el más pequeño de 11".

AGRADECIMIENTO

El peregrino contó que lo primero que hizo al llegar a Jaén fue ir a la cateral, donde se encuentra la imagen de "El abuelo". "Le he dado las gracias porque todo haya acabado bien", dijo. "Ahora regreso espiritualmente más lleno. Vuelvo con mi familia, pero me comprometeré a vivir la vida parroquial, por lo que mi principal objetivo será entrar en Cáritas para poder ayudar a quien lo necesite, aunque yo también soy pobre".

Miguel Torres ha permanecido durante dos días descansando en los estudios de Radio Guadalquivir, con su mochila y su saco de dormir, todo su equipaje. Lo úico que pidió fue comida: "El dinero no lo necesito, comer sí", aseguró.

Cuando llegó a Mancha Real, la primera noticia que recibió fue la del conflicto que vivió la población por el enfrentamiento entre payos y gitanos. "Me ha sorprendido mucho que esto pase en mi pueblo", lamentó.

(SERVIMEDIA)
08 Jun 1991
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