En declaraciones a la Ser, Navarro admitió que 105 muertos en las carreteras son "una auténtica barbaridad", pero matizó que, al igual que si hubieran sido dos víctimas menos que el pasado año "no deberíamos ser triunfalistas", habiendo dos más "tampoco deberíamos flagelarnos ni hundirnos en una depresión profunda".

Tras indicar que sería "exagerado" afirmar que han fracasado las campañas puestas en marcha por la actual Dirección General de Tráfico y que la seguridad vial es un tema muy complejo y "una lucha difícil", Navarro dijo que hasta el 31 de diciembre de 2006 no podrá constatarse la eficacia de estas iniciativas.

Según el responsable de Tráfico, los conductores se van concienciando cada vez más de que no deben beber alcohol si van a coger el volante, pero no ocurre lo mismo con los excesos de velocidad. "La cultura de la velocidad todavía no la tenemos interiorizada", señaló, para explicar a continuación que la instalación de radares fijos puede ser la clave para acabar con ese problema.

En este sentido, Navarro se mostró convencido de que esa medida abrirá el debate sobre la velocidad y contribuirá a que se conduzca menos rápido. "En definitiva", apuntó, "vamos a un escenario en que la velocidad ya no está de moda, no está bien vista".