Las ayudas comunitarias que no llegarían a recibir serían de 117.000 millones de pesetas, de los que 38.000 corresponderían al algodón, 25.000 a los cereales (trigo, cegada, maíz, sorgo) y 54.000 millones al girasol.

Por su parte, en la propia venta del producto se dejarían de ingresar 88.608 millones de pesetas. La mayores pérdidas se producirían en el algodón, con un total de 37.600 millones depesetas, seguido del girasol, con 17.732 millones y los cereales con 15.350 millones.

A esas cifras, habría que añadirle las pérdidas sufridas por la cultivos de remolacha, ya plantada en su mayor parte, y el arroz, estimadas en 9.072 y 8.854 millones, respectivamente.

José Luis González, coordinador general de COAG, señaló que esas cifras, a las que calificó de "alarmantes", habría que sumarles las pérdidas en Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León, todavía sin cuantificar, aunque la utonomía más afectada es la andaluza.

Por su parte, el Centro Nacional de Jóvenes Agricultores (CNJA) consideran que de mantenerse la sequía las pérdidas de los agricultores serían mucho mayores que en 1992, que estimaron en 331.000 millones de pesetas, al concentrarse el efecto de dos años, y afectarían a cultivos hasta ahora indemnes como la viña y el olivo.

DETERIORO DEL AGUA

A su juicio, los mayores perjuicios se producen ya en los frutales, huertas y otros productos de regadío, ya que la clidad agronómica del agua se ha deteriorado, lo que está limitando la producción de las explotaciones.

Según fuentes del CNJA, el deterioro de las aguas de riego responde a los desechos de las ciudades y fábricas, porque cada vez más los agricultores están limitando el uso de nitratos en sus tierras.

Asimismo, afirmaron que algunas comunidades de regantes están transformando sus pretensiones iniciales de cultivo por otras, como en el caso del maíz, que está siendo sustituido por remolacha.

Eta organización agraria cree que si la situación obliga a desviar aguas de regadíos para consumo humano, habría que solicitar a la CE que esas zonas se transformen en secano, para que puedan acceder a las ayudas comunitarias "porque los cultivos de secano en España no son competitivos".

Por su parte, Pedro Barato, presidente de ASAJA (Asociación Agraria Jóvenes Agricultores), afirmó a esta agencia que el sector está dispuesto a ceder el agua, pero que, a cambio, la Administración debería proveer ayuda para que los agricultores puedan mantener sus rentas.

Barato informó que los cultivos más afectados serían los cereales y los hortícolas y expresó su temor de "que se acuda al campo para arreglar otros sectores".

En 1992, Agroseguro tuvo que pagar unos 28.500 millones de pesetas, en concepto de indemnizaciones por sequía en los cereales asegurados.

Por su parte, el Ministerio de Agricultura dispuso el año pasado de moratorias y exenciones sobre el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles, y delas cuotas de la Seguridad Social, así como de 80.000 millones en créditos subvencionados para adquirir piensos para alimentar el ganado.