Eso significa que la inflación habrá crecido este año el doble que las pensiones, lo que obligará a revalorizar éstas en un 2% adicional. Esa desviación tiene un coste de 300.000 millones de pesetas, según los cálculos realizados este mismo mes por el secretario de Estado de Economía, Energía y Pymes, José Folgado.

El año pasado el Goierno ya tuvo que revisar las pensiones por la desviación de la inflación, que entonces fue de nueve décimas. Un año antes, por el contrario, la inflación creció menos de lo fijado en los Presupuestos del Estado y el Gobierno decidió "regalar" esa desviación positiva a los pensionistas.