Rodríguez hizo estas declaraciones tras la reunión mantenida con los responsables de las federaciones estatales y regionales del sindicato afectadas por las moviliaciones del próximo día 24, con el fin de coordinar las acciones, especialmente la manifestación de Madrid.

Insistió en que las huelgas convocadas para el día 24 "no tienen ningún viso de paro general en sí, ni ningún propósito más del estrictamente sindical". Para Rodríguez, "constituye una demagogia raquítica aquella que pretende vincular los paros de ese día con las elecciones autonómicas y locales del día 26, ya que todas las primaveras ocurre algo similar".

Además de la manifestación en Madrd, los sindicatos UGT y CCOO han convocado huelgas para el día 24 en Renfe, Iberia, Telefónica y CASA. La manifestación, que concluirá con una concentración a partir de las 12 de la mañana ante el Ministerio de Economía, en la calle Alcalá, tiene tres cabeceras de salida.

Una de ellas saldrá de la Glorieta de Bilbao, de donde partirán los trabajadores de Telefónica; otra de la Plaza de Canalejas, con los empleados de la Banca privada y de las empresas del Metal que aún no han firmado sus convenios, y a tercera de la calle de Alcalá, con los trabajadores del Ministerio de Educación y los de los sectores de transportes y de química y energía.

Rodríguez recordó a los responsables de la Administración que a lo largo de esta semana todavía hay tiempo para negociar. Aseguró que el compromiso de acuerdo en todos los sectores "sería lo mejor y permitiría desconvocar las movilizaciones".

El secretario de Acción Sindical de UGT criticó duramente la "nefasta" conducta de buena parte de los gestores públcos, "que les importa más lo que dice el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, que sus empresas y sus trabajadores".

A su juicio, el problema que tienen los gestores públicos no son sus empresas ni sus trabajadores, "sino la cerrazón del su ministro y lo mal que dirige las empresas del sector público". Agregó que "un servicio público hay que prestarlo desde un clima laboral distendido".

El responsable ugetista manifestó que la actual gestión de las empresas públicas no puede seguir enla misma línea, ya que "los servicios públicos acabarán por deteriorarse. Sólo se preocupan por cómo van a funcionar el día de la huelga y no despúes".

RETRASAR LA NEGOCIACION

Por su parte, el secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, aseguró hoy en rueda de prensa que la conflictividad en el sector público no responde ni a un deseo de retrasar la negociación colectiva ni a la falta de flexibilidad por parte de los gestores públicos.

En su opinión, los desacuerdos obedecen a que los sindictos han mantenido invariable sus reivindicaciones, incluso en aquellas empresas en que el Estado ha hecho un esfuerzo para acercar posturas.

Añadió que los sindicatos saben perfectamente que en algunas grandes empresas públicas es necesario hacer un esfuerzo de moderación salarial para compensar los problemas que han atravesado como consecuencia de la guerra del Golfo Pérsico.

Puso como ejemplo a Iberia y recordó que en el primer trimestre del año esta empresa ha perdido 30.000 millones de peseta, y "los sindicatos lo saben muy bien porque están en el Consejo de Administración". Agregó que, además, en la compañía aérea, los niveles salariales "no son modestos y las subidas salariales de los últimos años fueron significativas".

Pérez afirmó que la conflictividad del sector público ha sido en los primeros cuatro meses de 1991 muy inferior a la de los últimos cuatro años, ya que se han perdido 100.000 jornadas, frente a 400.000 en los mismos meses de ejercicios anteriores.