Algunos menores pueden manifestar más irritabilidad y pequeños desajustes en el sueño como consecuencia del cambio de hora, pero serán siempre "leves y transitorios", declaró a Servimedia García Sicilia.

Este especialista subrayó también que si bien hay niños que notan este tipo de cambios, no son muchos, como tampoco lo son los adultos, porque se trata de una variación muy pequeña.

Por último, el pediatra señaló también que si bien el organismo acepta mejor el cambio de hora de otoño que el de primavera, psicológicamente suele ser más ventajoso el primaveral, porque aumenta las horas de luz por la tarde y esto es más "euforizante".