Bernal agregó que "sentencias de este tipo son peligrosísimas, más de lo que la gente puede imginar, porque están coartando totalmente el trabajo diario del médico".

A su juicio, estas condenas provocan "que tengamos que actuar siempre con la espada de Damocles en la cabeza. Te tienes que andar con mucho cuidado, porque nunca sabes lo que te puede caer encima a pesar de que estás obrando con toda la buena voluntad del mundo, porque nadie quiere hacer daño a nadie y menos los pediatras a los niños, pediatras que primero somos padres. La gente no se da cuenta del daño que hace".

El pediatradijo que no sabe lo que hará a partir de ahora para poder pagar la indemnización, ya que es un funcionario asalariado y no tiene bienes. En la actualidad trabaja en la Consejería de Sanidad planificando programas de salud sin ejercer en la clínica.

Bernal aseguró tener la conciencia tranquila, ya que "hice lo que había que hacer en ese momento y no pude hacer más. A mí no me condenan por dejar de hacer nada", precisó.

Agregó que durante el juicio aportó documentación bibliográfica que respaldaba l tratamiento que aplicó a la pequeña y que nadie durante la vista presentó otra documentación que indicara que el tratamiento fue incorrecto.

Recordó que la niña afectada, Elena R.G., de 10 meses, llegó a su consulta con deshidratación, fiebre, vómitos y diarrea, de ahí que decidiera aplicarle un tratamiento de rehidratación.

Junto a Pedro José Bernal, también estuvo implicado en este caso el jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Provincial de Murcia, Eduardo Martínez Artero, que falleció ace un mes de un infarto. Según Bernal, Martínez Artero no pudo aguantar la presión.