La reacción más virulenta fue la de los camioneros agrupados en Fedatrans, que calificaron la actitud del Gobierno de "despotismo injuriante", al estarse planteando la medida sin consultar con los afectados, al tiempo que dudaron de su constitucionalidad.

Tanto Fedatrans, como las empresas de transporte de mercancías por carrtera (Fenadismer) y las e servicios regulares de autobús (Fenebus) coinciden en su crítica al señalar que, si el Gobierno lleva a cabo esta medida, se produciría una doble tributación que el PP criticó duramente en el sistema fiscal aplicado por los Gobiernos socialistas.

Estas asociaciones señalan que la fuerte recaudación de los impuestos especiales de carburantes, más de medio billón al año, representan un coste para el sector que cubre suficientemente su aportación para financiar autovías.

El abogado de Fenadismer, uan José Gil, indicó a Servimedia que su actitud contraria a la medida se basa en que una buena parte de las autovías a las que afectaría la medida han sido cubiertas ya con el impuesto de carburante, por lo que estaríamos hablando de una doble tributación.

Gil indicó también que desde las empresas de transporte por carretera se ha cursado ya una carta al responsable de Economía, Rodrigo Rato, pidiéndole una explicación de las medidas que baraja, ya que temen que se apliquen medidas similares a las enayadas en otros lugares de Europa que, en el caso de España, supondrían una discriminación respecto a otros colectivos que usan la carretera.

Por su parte, el director de Fenebus, José Luis Pertierra, señaló a Servimedia que existe un informe del profesor Izquierdo, catedrático de derecho del Transporte de la Universidad Politécnica de Madrid, en el que se demuestra que el uso de las infraestructuras que hacen los transportistas es inferior al coste del impuesto de los carburantes, por lo que un peajecomo el que estudia el Gobierno "incidiría aún más en la parte más débil de la balanza".

En cualquier caso, añadió, la medida sería regresiva para el sector de transporte regular de pasajeros por carretera, que viene sufriendo un descenso en la demanda, como lo demuestra la caída del 20% registrada en las pasadas fechas clave de finales de julio y principios de agosto.

Según Fenebus, el sector necesita hacer un esfuerzo para mantener los 50.000 empleos directos y los 30.000 indirectos que tiene atualmente, por lo que una medida como la esbozada por Economía lo haría más dificil todavía, ya que obligaría a cargar el sobrecoste de la tasa sobre el precio de los billetes que pagan los usuarios.

El sector de transporte de pasajeros por carretera cuenta en la actualidad con un parque de unos 28.000 autobuses que facturan al año cerca de 250.000 millones de pesetas.