Así lo indicó en un comunicado en el que lanzó “una señal de alarma” ante “la espiral inflacionista, agudizada por la invasión” de Ucrania por parte de Rusia, por lo que reclamó al Gobierno “la puesta en marcha de medidas urgentes para contener la escalada de precios de la electricidad o el combustible, que está llevando a muchas constructoras a una situación desesperada, provocada por sobrecostes cuyo origen es ajeno a la actividad constructora”.

“Las consecuencias imprevistas de la guerra en Ucrania han tensionado la crisis de suministro que empezó en el segundo semestre de 2021”, señaló la patronal, que agregó que, “a la subida inasumible de precios de algunos materiales, se le añade la gran dificultad de conseguir otros básicos para la construcción como la madera, el hormigón y el acero”.

A este respecto, la CNC valoró positivamente el real decreto-ley aprobado el 1 de marzo con medidas de carácter extraordinario para revisar, excepcionalmente, los precios de los contratos públicos de obras afectados por la subida de los precios de los materiales, pero critican que dicha norma “no ha tenido en cuenta los costes de la energía”.

Asimismo, la confederación recordó que, según un informe publicado por la propia CNC a principios de 2022, al menos 500 licitaciones públicas en España, por una cuantía de más de 230 millones de euros, habían quedado desiertas desde noviembre ante la inviabilidad de las compañías de asumir los costes.

Según el presidente de CNC, Pedro Fernández-Alén, “la situación con los costes de la energía y la falta de suministro de materiales básicos se agrava cada día y está llevando al límite a las constructoras”. “La revisión de precios es un paso importante, pero muchos contratos no quedarán cubiertos”, prosiguió, para concluir que “urge ampliar las medidas para incluir en su cálculo más materiales y tipologías de obras, y, sobre todo, frenar inmediatamente el insoportable encarecimiento de la energía”.