La pasarela situada entre las calles General Aranda y José Vasconcelos, está formada por dos rampas de 67,50 metros, que arrancan desde el suelo y, elevándose suavemente, cruzan el paseo con un tramo horizontal de 36 metros de longitud.

Villoria explicó que este acceso es el primero en su género que se construye en la ciudad, ya que es un paso volado cuyas rampas son el único apoyo que tiene la pasarela en el suelo.

Otra de sus peculiaridades es que, al contrario de lo que suele ser habitual en este tipo deconstrucciones, su estructura inferior es de hormigón y la básica de acero.

La obra, que ha costado cerca de 200 millones de pesetas, ha sido financiada al 50 por ciento por el ayuntamiento de la capital y por la empresa encargada de la remodelación de la Plaza de Castilla, cuyos ingenieros diseñaron este modelo de pasarela, ligado estéticamente al nuevo entorno de la zona.

Villoria afirmó que el ayuntamiento no tiene previsto cubrir el paso para evitar los resbalones que puedan producirse en la poca invernal, tal como reclamaban algunos vecinos de la zona, "porque", explicó, "el acceso tendrá un tratamiento antideslizante que evitará esos accidentes y además llueve lo mismo unos metros más arriba que más abajo".