EL PARTIDO ANDALUCISTA AFRONTA LA SEGUNDA `TRAVESIA DEL DESIERTO'

SEVILLA
SERVIMEDIA

El alcalde de Sevilla y hasta ayer presidente del Partido Andalucita (PA), Alejandro Rojas-Marcos, ha protagonizado su segunda dimisión como máximo responsable del PA en su historia política, a consecuencia de unos malos resultados electorales.

La primera dimisión de Rojas-Marcos se produjo en 1982, en la que ostentaba la secretaría general del PA, entonces Partido Socialista Andaluz, después de unas primeras elecciones autonómicas andaluzas en las que esta formación logró un mínimo respaldo popular.

Los andalucistas perdieron poco después, en los comicios geneales de octubre -en los que el PSOE se alzó con la victoria- sus cinco diputados, como reflejo de la pérdida del voto en las autonómicas.

Desde 1982, el PA, que abandonó la denominación de socialista, inició lo que ellos mismos consideraron como "travesía del desierto", que finalizó en 1989 con la consecución de un eurodiputado y dos diputados nacionales.

El artífice de esa travesía fue quien los militantes denominan "el camellero", el alcalde de Jerez de la Frontera y ahora presidente del Partid Andaluz de Progreso, Pedro Pacheco; precisamente, quien ha sido el detonante de la segunda crisis histórica del andalucismo, como consecuencia de su expulsión del PA.

El PA se las prometía felices por el auge que el nacionalismo andaluz tenía en las urnas. Los estrategas del partido multiplicaban por cinco el número de diputados autonómicos, por la misma cantidad el número de concejales y alcaldes.

HASTA OCHO DIPUTADOS

Incluso, en algún sondeo electoral efectuado a principios de 1992 otorgabaesta formación la posibilidad de lograr hasta ocho diputados y algún senador.

El origen de los males recientes del PA es, para algunos de sus dirigentes, el pacto de legislatura que andalucistas y populares acordaron para dar a Rojas-Marcos la alcaldía de Sevilla. Este pacto provocó la dimisión de Pedro Pacheco como presidente del PA al no estar de acuerdo con la acción política.

Pacheco volvió a sus cuarteles de invierno en Jerez de la Frontera. Rojas-Marcos fue elegido presidente sucesor de Paheco, lo que posiblemente originó más recelos contra el PA, por ser el alcalde de Sevilla el máximo dirigente de la formación nacionalista andaluza.

Pacheco, que en una primera etapa permaneció prácticamente encerrado en Jerez, comenzó una gira por Andalucía, en la que transmitía la necesidad de regenerar al PA, llegando incluso a cuestionar toda la organización del partido y a insultar a sus máximos dirigentes, lo que le ocasionó la expulsión.

El hecho que Pacheco fuera "el camellero" y el cabez de cartel del PA durante la travesía del desierto, el pacto PA-PP en Sevilla y el bipartidismo observado en estas elecciones han determinado a posteriori la dimisión de Rojas-Marcos.

La sociedad andaluza entendió la expulsión de Pacheco como un enfrentamiento entre él y Rojas-Marcos, quien además recibió numerosas críticas por pactar para la Alcaldía de Sevilla con la derecha. Es decir, todo los males del PA parecen rondar la figura de Rojas-Marcos.

INCOMPATIBILIDADES

Alejandro Rojas-Marcos hagirado visita a varias provincias andaluzas, después de las elecciones, para contactar con los militantes del PA, quienes les han ofrecido su versión sobre la situación real del partido.

Posiblemente, Rojas-Marcos haya entendido que la presidencia del PA es incompatible con la Alcaldía de Sevilla, y que su misión en el Partido Andalucista ha podido ser eclipsada por los efectos negativos del pacto PA-PP.

El nivel de voto alcanzado por los andalucistas en estas últimas elecciones es el segundo másbajo en su historia democrática, y trasladándolos a las autonómicas andaluzas de 1994, eliminaría la representación nacionalista en la cámara regional.

Sin Pacheco ni Rojas-Marcos, el papel del secretario general de la formación, Miguel Angel Arredonda, cobra especial significación y todo apunta a que será el "camellero" de esta segunda `travesía del desierto'.

(SERVIMEDIA)
20 Jun 1993
G