LOS PARTICIPANTES DE LOS CAREOS EN EL JUICIO POR EL FALLO DEL ACELERADOR SE REAFIRMAN EN SUS POSTURAS
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Durante la tarde de hoy tuvieron lugar los dos careos ordenados por la jueza, María José Gil Corredera. El primero fue entre Araceli Hernández, jefa del Servicio de Protección Radiológica del Hospital Clínico de Zaragoza, y Mariano Conte, técnico de General Electric.
El segundo careo tuvo lugar entre entre éste últimoEsther Millán, miembro del servicio de Física del citado centro hospitalario.
Esther Millán, que además prestó declaración también esta tarde, dijo que Araceli Hernández estaba en Jaca el día 7 de diciembre de 1990 y que ella no habló con él.
Incluso llegó a declarar que Mariano Conte puede estar aleccionado por alguien, porque es un testimonio falso el que ha dado.
Esther Millán fue la persona que tras darse cuenta de las repercusiones que estaba teniendo la mala reparación de la máquina, rdenó la parada del acelerador. Su abogado, señor Trebollé ha hecho una valoración de su defendida.
Según este abogado, "no hay ningún tipo de responsabilidad por parte de mis defendidas, porque cumplieron con las obligaciones que ellas tenían como físicas del centro hospitalario".Además, Trebollé cree que tampoco "existe ningún tipo de responsabilidad por parte del Hospital Clínico".
Trebollé explicó que la jueza ha admitido una declaración testifical para que el día 22 de febrero los testigos audan a demostrar que Araceli Hernández se encontraba fuera de Zaragoza, con lo cual se invalidadn las declaraciones de Mariano Conte, de manera que "se deduce cuál es el planteamiento que intentan unas personas para enmarañar o confundir, pues ha quedado establecido con absoluta nitidez que la causa de todo es una reparación infundada, mal hecha".
Por otra parte, esta tarde comenzó también la declaración de la ATS Carmen García, en calidad de procesada como operadora en el acelerador.
Carmen Garca expuso que no se le comunicó que hubiera que dar parte a las físicas de la reparación efectuada. El técnico tampoco les comentó nada al respecto y ha señalado que éste es quien debe poner en conocimiento si el arreglo afecta a la cadena dosimétrica para que la físicas realicen controles de medición.
Esta ATS aseguró también que no dio transcendencia en su día al bloqueo de la aguja, dado que en el año 89 esta misma aguja estaba ya torcida de por sí.
Un dato curioso es que, según ha dicho CarmenGarcía, el día 20 de diciembre, es decir, antes de conocerse el grave fallo, el Consejo de Seguridad Nuclear puso el sello de inspección y dio la situación por correcta.
(SERVIMEDIA)
04 Feb 1993
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