El parque español de viviendas se incrementó en 17 millones entre 1950 y 2005, pero en la última década la actividad constructora residencial ha conocido una espectacular aceleración.

Este fuerte crecimiento de las viviendas, netamente superior al de la población, ha reducido el número medio de habitantes por vivienda familiar de 4,47 en 1950 a 1,96 en 2001.

Madrid, Barcelona, Valencia y Alicante son las provincias que más incrementaron su parque de viviendas en la segunda mitad del siglo XX, mientras que las provincias menos dinámicas fueron las aragonesas, excepto Zaragoza; las de las dos Castillas, con excepción de Valladolid; las gallegas interiores, y las provincias meridionales más agrícolas y alejadas del litoral.

Se ha producido una fuerte disminución del porcentaje de viviendas principales ocupadas, pasando de un 95% del total del parque de viviendas en 1950 al 68% en 2001.

Esta reducción obedece, esencialmente, a dos causas de naturaleza bien distinta. Una de ellas es la construcción, a ritmo explosivo, de viviendas destinadas al uso vacacional o turístico; la segunda estriba en el aumento de las viviendas desocupadas en las zonas de emigración al ser abandonadas por sus moradores.

Por lo que respecta al régimen de ocupación, mientras que a mediados del siglo XX el parque de viviendas se dividía en partes prácticamente iguales entre hogares alquilados y en propiedad, en 2001 el 80% de las viviendas eran propiedad de sus habitantes.

La obra "Estadísticas históricas de España en los siglos XIX y XX", recientemente publicada por la Fundación BBVA, reúne la colección de estadísticas históricas más importante en lengua española y una de las más originales y rigurosas a nivel mundial. El libro ha sido coordinado por Albert Carreras y Xavier Tafunell, catedrático y profesor titular, respectivamente, de la Universidad Pompeu Fabra.