Este parque, creado el 22 de enero de 1954 y que cuenta en la actualidad con una superficie de 18.990 hectáreas, es la mejor muestra de ecosistema volcánico de alta montaña del archipélago canario. Doce municipios de la isla de Tenerife bordean su superficie.

El Parque Nacional del Teide incluye además hábitats amenazados, como los hidropétricos, subterráneos, etc., que por su disposición y altitud se ven afectados anualmente, con distinta intensidad, por periodos de nevada, contribuyendo a mantener procesos ecológicos esenciales, como la recarga de acuiferos.

Otra de las características fundamentales de este espacio, que es visitado cada año por centenares de miles de turists, es la presencia de numerosas especies de flora endémicas, entre las que se incluye una decena de especies en peligro de extinción.

Geomorfológicamente, toda la estructura de la caldera y el gran estratovolcán Teide Pico Viejo son de relevancia internacional. Además, hay una gran variedad de elementos en forma de pitones, cuevas, domos, etc., que acrecientan el interés científico y la espectacularidad de este área.