El acuerdo, según Galván, prevé la adecuación de las instalaciones del parque a las necesidades de los deficientes visuales. La cooperación establecida entre ambas instituciones incluye la celebración de seminarios, jornadas, conferencias y otras actividades informativas, como cursos de capacitación para guías y vigilantes, así como la creación de itinerarios botánicos para ciegos.

Para este mes ya está previsto que técnicos de la ONCE inicien los rabajos de campo, para la realización de las adaptaciones que permitan a las personas ciegas y deficientes visuales una mejor información y acceso a diversos entornos del Parque Nacional de Doñana.

Además, explicó Francisco Galván, este mes se organizarán unos cursos de formación sobre la atención a discapacitados, dirigidos al personal fijo de los centros de visitantes.

La ONCE se responsabilizará de las adaptaciones necesarias en el recinto para garantizar la movilidad de las personas ciegas y eficientes visuales y facilitar su autonomía dentro del parque.

Entre otras actividades, la ONCE editará en braille y en soporte magnetofónico una guía para recorrer el parque y planos generales y por sectores del espacio protegido onubense en relieve y asumirá la formación del personal para acompañar a las personas ciegas en su visita al parque nacional.

Las primeras visitas al Parque Nacional de Doñana, según Francisco Galván, se realizarán en la segunda quincena del mes de noviembre.

Actulmente, el Parque Eva Perón, de Madrid, y el Parque sevillano del Alamillo son accesibles a personas ciegas y deficientes visuales. Además, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo aragonés, es el primero de Europa que dispone de un centro de interpretación para ciegos y un recorrido adaptado para minusválidos.