Se trata de una norma de carácter técnico cuyo objetivo general es mejorar la seguridad de los viajeros, pero incluye una serie de requerimientos cuya finalidad es facilitar el acceso al transporte público de las personas con movilidad reducida, incluyendo en este grupo desde personas con discapacidad hasta ciudadanos de baja estatura, mujeres embarazadas o personas con niños.

Con la aprobación de la directiva será obligatorio que los autobuses que se utilizan para el transporte urano dispongan de un sistema de inclinación (rampa o elevador). Asimismo, se interrumpirá en el plazo de 3 años la fabricación de los actuales autobuses de piso rebajado cuyo pasillo tiene una inclinación del 12'5%, y será obligatorio incorporar superficies antideslizantes en todas las pendientes.