José Luis Valverde explicó en rueda de prensa que durante las negociaciones preparatorias, Estados Unidos "ha quedado aislado en un 90 por ciento de sus posicionamientos".

El eurodiputado del Partido Popular (PP) expresó su confianza en la unión de los doce Estados comunitarios y consideró poco probable la posibilidad de que alguno, en alusión a Gran Bretaña, secunde la postura de los norteamericanos.

La negativa de EE.UU. a firmar el conenio de biodiversidad llega poco después de que el Gobierno de Washingtonm se negara a adquirir un compromiso concreto para reducir las emisiones de C02, debilitando así el otro convenio que debe aprobar la "cumbre" de Río de Janeiro: el de cambio climático.

Sin embargo, José Luis Valverde calificó de éxito los logros alcanzados durante las sesiones preparatorias de la conferencia, por considerar que los 150 países que participaron en ellas han alcanzado acuerdos importantes.

A su juicio, la elabración de la declaración de Río (antes Carta de la Tierra) supone un avance importante, ya que los gobiernos asumen su responsabilidad en el proceso de degradación que afecta al planeta.

Respecto a la Agenda 21, que debía contener una serie de compromisos y acciones correctoras concretas, explicó que ya existe acuerdo en relación con dos tercios de su contenido.

Por el contrario, reconoció que todavía no existen acuerdos concretos sobre financiación, cooperación tecnológica, programas forestales,medidas contra la contaminación atmosférica y lucha contra la desertificación.

Para Valverde, la situación en la se iniciará el próximo miércoles la "cumbre" no justifica la decisión del comisario europeo de Medio Ambiente, Carlo Ripa di Meana, de no acudir a Brasil.

Ripa di Meana explicó su postura señalando que prefiere no acudir a una reunión "donde todo ha sido previamente acordado", al tiempo que insistía en que defiende una política medioambiental "basada en los hechos y los compromisos conretos, y no en las bellas palabras".

El eurodiputado popular manifestó que la decisión del comisario europeo carece de coherencia institucional y tiene su origen en la división que existe en el seno de la CE en relación con la creación de un impuesto energético.