El Consejo Europeo de Barcelona de 2002 dicidió crear una tarjeta de seguro de enfermedad europea, que sustituyera los actuales formularios sobre papel necesarios para recibir asistencia sanitaria cuando se está fuera del Estado miembro de residencia habitual.

La tarjeta facilitará el ejercicio del derecho de los ciudadanos a la asstencia sanitaria en un Estado miembro, mediante este único documento, que garantizará a los organismos que pagan dicha asistencia el reembolso de los gastos por el país de procedencia del beneficiario.

Esta propuesta fue gestada durante la presidencia española de la UE y no era el primer intento de poner en marcha una tarjeta de este tipo porque se partía de una situación muy distinta en cada Estado, ya que países como Reino Unido y Países Bajos no eran partidarios de este documento identificativo. Sin embargo, como apunta el eurodiputado Manuel Pérez, portavoz del Grupo Popular Europeo, para otros Estados, como es el caso de España, era un tema esencial, ya que recibe más de 40 millones de ciudadanos europeos cada años y otros muchos fijan su residencia.

A su juicio, con la aproblación de la tarjeta se hace "más Europa", como rezaba el lema de la presidencia española.