Con esta iniciativa, el Parlamento español se convierte en "el primero de Europa en el que se hace un reconocimiento institucional de esta envergadura a la gastronomía" nacional, según señaló en la defensa de la proposición el diputado del PSOE Rafael Simancas.

Para el Grupo Socialista, hay motivos "sobrados" para que el Parlamento "ponga en valor" unos fogones patrios que forman parte "de lo mejor de nuestra historia" y que han aupado a España, con sus grandes "chefs" contemporáneos, a "potencia mundial de primer orden".

A su juicio, este pronunciamiento del Parlamento contribuye además a impulsar "una industria de calidad, innovadora y que tiene una gran significación en el atractivo turístico del país". Simancas añadió que la proposición también busca ayudar a la promoción de la dieta tradicional y sana, "para ir poniendo coto a cierto colonialismo gastronómico anglosajón".

CiU presentó una enmienda, admitida por el PSOE, para que la proposición deje claro que la promoción del patrimonio gastronómico es también competencia de las comunidades autónomas.