Este grupo de parlamentarios, según informa hoy el diario "The Times", también pedirá al Gobierno de Londres que prohiba determinado tipo de cisternas y duchas que gastan demasiada agua.

Estos representantes políticos sostienen que la colocación de contadores individuales puede tener un efecto decisivo para restaurar la confianza entre los usuarios y las compañías suministradoras de agua.

Esa confianza se ha visto dañada, según el rotativo británico, por el hecho de que las compañías del sector han estado elevando sustancialmente sus beneficios en un periodo en el que también subían los precios del agua.

El grupo de parlamentarios, presidido por Elliot Morley, ex ministro responsable del Agua, propone la revisión del sistema aprobado en la época de la privatización del suministro del agua, en los años noventa del pasado siglo.

Sugiere, por ejemplo, que el Consejo de Consumidores para el Agua asuma un papel más activo en defensa de los usuarios, y advierte de que el actual nivel de consumo de agua, 159 litros por persona y día, es insostenible.