EL PARIS-DAKAR PROVOCO PROTESTAS EN VITORIA Y CAUSO FUROR EN MADRID
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El Rally París-Dakar fue recibido de desigual manera en Vitoria, donde grupos ecologistas protestaron sonadamente, y en Madrid, donde miles de ciudadanos contemplaron con gran expectación el paso de la carrera.
En la capital alavesa, varios colectivos organizaron una concentración contra esta competición, a la que consideran "una mnifestación antiecológica y que no respeta el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui".
Entre las organizaciones opositoras se encontraban grupos internacionalistas, ecologistas como Eguzki y Eki, y la Asociación de Amigos del Sáhara.
"Estamos aquí porque el París-Dakar tiene sobre su objetivo deportivo un carácter antiecológico y supone un atentado directo al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui", afirmó a Servimedia un miembro de un colectivo internacionalista.
"Han neociado su paso por un territorio que está bajo control de la ONU con Marruecos y que ocupa el territorio saharaui por la fuerza de las armas y atenta contra el derecho internacional". Las mencionadas fuentes añadieron que la prueba deportiva produce efectos antiecológicos bastante graves que las instituciones han pasado por alto.
En cualquier caso, el París-Dakar concentró en la avenida de Gazteiz de Vitoria a numerosos alaveses desde las doce del mediodía, momento en que llegó el primer corredor con u motocicleta, Carlos Mas.
A continuación, fueron llegando los demás participantes que cubren el trayecto de la segunda etapa de la prueba, entre la ciudad francesa de Burdeos y Granada.
POPULAR RECIBIMIENTO
Por su parte, miles de madrileños 'tomaron' las aceras de las calles por donde pasó el rally a partir de las cuatro de la tarde. Después de disputar una prueba cronometrada en el circuito del Jarama, los vehículos participantes en el rally fueron pasando por el paseo de la Castellana, paseode Nuestra Señora de la Cabeza y nudo sur de la M-30, en dirección a la nacional IV.
Solamente las motos podían evitar este itinerario y cruzar Madrid a su libre albedrío. En cualquier caso, el paso de la ciudad no cuenta para la clasificación de la carrera.
En algunas ocasiones, al paso de los vehículos brillantes y rebosantes de señales publicitarias, sugieron algunos pitidos, presuntamente de protesta, que destacaban sobre la atmósfera vibrante que el París-Dakar despertó en la capital.
E algunos lugares, como el Paseo del Prado, los coches de los espectadores estaban 'aparcados' encima de las aceras o en doble fila, mientras el resto del tráfico rodado continuaba por el sitio que quedaba.
Fuentes de la Policía Municipal informaron a Servimedia que la carrera transcurrió con normalidad y que ninguno de los participantes violó las normas de tráfico.
(SERVIMEDIA)
29 Dic 1993
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